Los EE.UU y la crisis en Venezuela di Luiz Alberto Moniz Bandeira

ALAI, América Latina en Movimiento. 2002-12-31. Los EE.UU. y la crisis en Venezuela. Luiz Alberto Moniz Bandeira.

En 1989, apenas algunos días después de la asunción de Carlos Andrés Pérez, de la Acción Democrática, a la presidencia de Venezuela, el pueblo salió a las calles de Caracas para expresar su repudio al paquete económico, un duro plan de ajuste, de acuerdo a los modelos exigidos por el FMI y que él pretendió aplicar. La violenta serie de disturbios y saqueos culminó con casi 300 muertos y el ambiente de descontento recrudeció de tal modo que llevó al teniente-coronel Hugo Chávez, comandando cerca de 300 efectivos, a intentar un golpe de Estado el 3 de febrero de 1992. El golpe fracasó, pero Chávez se volvió tan popular que fue electo legítimamente presidente de Venezuela, en 1998, al frente del Movimiento V República (MVR), con la promesa de promover "una revolución pacífica y democrática".

Orientado por el principio de que el pueblo integrado como nación constituía el poder soberano, podía romper revolucionariamente con el régimen jurídico, político o socio-económico que no se adecuase a sus aspiraciones o que fuese obstáculo a su progreso, convocó un referéndum para votar una nueva Constitución1, aprobada por 71,21% de los electores, cambiando las estructuras políticas y jurídicas y el nombre del país a República Bolivariana de Venezuela. Esa Constitución rompió el modelo democrático tradicional, dentro del cual durante 42 años, dos partidos – Acción Democrática, de tendencia social-demócrata y Copei (demócrata-cristiano) de centro-derecha, se repartieran el poder. Y Chávez, cuyo mandato de presidente de la República fue ampliado para 6 años y confirmado a través de nuevas elecciones realizadas en 2000, modificó no sólo las pautas económicas sino que reorientó la política exterior de Venezuela, estrechando relaciones con Cuba, con la cual firmó un acuerdo para la venta de 53.000 barriles diarios de petróleo a precios de mercado, así como con Irak y Libia, vistos como enemigos de los EE.UU.

Venezuela, con la tendencia de Chávez hacia un nacionalismo de izquierda, configuró un obstáculo más a las negociaciones para el establecimiento del ALCA y colocó a los EE.UU., de los cuales era el principal proveedor de petróleo, delante del problema de tener que respetar la voluntad popular, manteniendo la coherencia con la política de promoción de la democracia, emprendida en los años 90 y evitar, al mismo tiempo, que ésta se convirtiese en la Cuba de la post guerra fría y Hugo Chávez se transformase en víctima, en un segundo Fidel Castro, dado el sentimiento anti-norteamericano existente en toda la América Latina. Esa la razón por la cual Clinton prefirió evitar costos políticos y económicos, en el ámbito nacional y regional, y tomó la actitud de wait and see (esperar y ver), aunque tratase de concretar el Plan Colombia, de modo a evitar no solamente que el ejemplo de Venezuela contaminase países como Bolivia, Ecuador y Colombia, en los cuales las políticas de liberalización económica produjeron la exclusión social y desestabilizaron los regimenes, pero también estorbar la integración del Mercosur con el Bloque Andino.

A pesar de que Venezuela fuese, junto con Ecuador, uno de los dos únicos países de América del Sur que tenían, en la segunda mitad de los años 90, un saldo positivo en su balanza comercial debido a las exportaciones de petróleo a los EE.UU., Chávez no logró contener la crisis económica y social, agravada por la fuga de capitales, así como por las crecidas y desmoronamientos que ocurrieron a fines de 1999 y causaron enormes perjuicios, valuados entre U$S 15 y U$S 20 billones. La situación en Venezuela se deterioró y, a fines de 2001, se volvió bastante inestable, indicando que un proceso de desestabilización del gobierno estaba en curso. Y, dada la sobre-valorización de la moneda venezolana – el Bolívar – Hugo Chávez no tuvo alternativa, sino liberar el cambio a comienzos de 2002, abandonando el sistema de bandas, a fin de detener la sangría en las reservas internacionales que cayeron de U$S 16,1 billones de dólares en enero de 2001 a U$S 12,2 billones en diciembre, la mayor caída en una década, lo que redujo las reservas del Banco Central en 23,7%.

Cerca de U$S 700 millones se evadieron de Venezuela solamente en la primera semana de febrero de 2002. La reducción de las reservas internacionales, acompañada por la caída de los precios del petróleo, le dejó poco espacio de maniobra. Y, en medio de su peor crisis política, Hugo Chávez tuvo que hacer una completa revisión en el presupuesto de U$S 34,34 billones, con la reducción de gastos en un 7% y un recorte de deudas del gobierno a la mitad, un ajuste económico tan fuerte que derribó abruptamente el valor del bolívar (19% en relación al dólar) y transformó el centro de Caracas en un escenario similar al de Buenos Aires2, donde las manifestaciones de masas (cacerolazos) derribaron el gobierno de la dupla Fernando de la Rúa-Domingo Cavallo (19/21.12.2001).

La Administración Bush tenía, ciertamente, profundas razones para preocuparse con América Latina, a pesar de que sus atenciones estuviesen vueltas, sobre todo, a la guerra en Afganistán y a la crisis en el Medio Oriente, donde el conflicto entre Israel y los palestinos recrudecía.

Collin Powell, frente al Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, observó, a principios de febrero de 2002, que los EE.UU. iban a vender más para América Latina y el Caribe que para la Unión Europea y que su comercio era mayor dentro del NAFTA que con la Unión Europea y Japón juntos7. "We sell more to Mercosur than to China" – dijo Collin Powell, al resaltar que América Latina y el Caribe eran el "fastest growing export market" de los EE.UU., razón por la cual, claramente, el presidente Bush estaba en lo cierto en concentrar su atención sobre ese hemisferio y en los esfuerzos para crear el ALCA8.

Todo esto indicaba, según Powell, que la Administración Bush se movía en la dirección cierta, "in our own hemisphere", no obstante los "difficult problems" en Argentina, Colombia, Venezuela y en otras partes de América Latina9. "We need to keep democracy and market economics on the march in Latin America, and we need to do everything we can to help our friends dispel some of the dark clouds that are there" – agregó Collin Powell10.

Venezuela mereció, mientras tanto, una mención especial, al declarar Colin Powell que las acciones del presidente Hugo Chávez preocupaban a la Administración Bush, debido a sus comentarios sobre la campaña contra el terrorismo, así como al hecho de no haberla apoyado tanto como podría haber hecho y elegir para visitar algunos de los "lugares más extraños" (Irak y Cuba), calificados como "estados parias" por los EE.UU.4 Ese pronunciamiento provocó diversas reacciones del Gobierno Chávez, que acusó a Washington de atentar contra la soberanía venezolana. Pero, casi al mismo tiempo, el director de la CIA, George J. Tenet, dio al Select Committee on Inteligence del Senado norteamericano una declaración similar, al reconocer que la situación en América Latina estaba "becoming increasingly volatile as the potential for instability there grows" y que la región fuera azotada por cinco crisis económicas, en menos de un año, y que se agravara aún más por el impacto de los atentados del 11 de setiembre5. Dentro de ese contexto, él se mostró particularmente preocupado con Venezuela, el tercer mayor proveedor de petróleo de los EE.UU., resaltando que el descontento con el presidente Chávez y la "Revolución Bolivariana" "is growing, economic conditions have deteriorated with the fall in oil prices, and the crisis atmosphere is likely to worsen"6.

Colin Powell y George J. Tenet no estaban a especular. Sabían realmente de los preparativos para deponer al presidente Hugo Chávez, pues altos funcionarios de la Administración Bush ya se habían encontrado, diversas veces, con los dirigentes de la coalición que articulaba el golpe de estado en Venezuela11. Y sus declaraciones iban en esa dirección, al punto que la agitación en Caracas recrudeció y, enseguida dos días después, el 7 de febrero, el coronel de la Aviación, Pedro Vicente Soto Fuentes, y el capitán de la Guardia Nacional, Pedro Flores Rivero, apoyados por otros militares, se rebelaron, exigiendo la renuncia de Hugo Chávez que, Donna Hrinak, entonces embajadora de los EE.UU. en Caracas, acusó luego de tener "simpatía" por la guerrilla colombiana12.

Y, mientras Chávez consiguiese dominar la rebelión, el presidente George W. Bush decidió formalizar su aislamiento, dentro del sistema interamericano y regional, al pedir que Venezuela no fuese convocada para la reunión de los países andinos, a realizarse el 23 de marzo de 2002 en el Perú. Bush demostró así que los EE.UU. no estaban más dispuestos a aceptar la inflexión de Venezuela a una especie de nacionalismo de izquierda. Como el propio historiador Kenneth Maxwell, miembro del Council of Foreign Relations, de los EE.UU., después del 11 de setiembre la actitud americana se endureció, y nadie en Washington estaría "muito infeliz" si Chávez dejase el gobierno13, no sólo, por cierto, porque él se aproximara a Fidel Castro y a los jefes de gobierno de Irak, Saddam Hussein y de Libia, Muammar Kadafi, sino también porque Venezuela, dentro del Bloque Andino, pasara a constituir el contrapunto de Brasil, en la resistencia a la implantación del ALCA y se oponía a la intervención multilateral en Colombia14. Y la atmósfera para un golpe de estado se conformó cuando la Central de los Trabajadores Venezolanos (CTV),k controlada por los partidarios de Carlos Andrés Pérez, convocó, el 6 de abril, a una huelga general de 24 horas, por motivos salariales, contando con el respaldo de la poderosa organización patronal – Fedecámaras – y otros sectores civiles.

El golpe de 11/12 de abril

Esa crisis recrudeció con la destitución de siete altos ejecutivos de la compañía Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), en virtud del conflicto en que estaban con la dirección nombrada por Chávez. Y el 10 de abril, con el objetivo declarado de obligar a Chávez a salir del gobierno, los dirigentes de la CTV y de la organización patronal Federación de Cámaras (Fedecámaras) declararon que la huelga general sería indefinida y, al día siguiente, instaron a la multitud a marchar al Palacio Miraflores, con el objetivo de exigir su renuncia. Y, en la secuencia de esa demostración de protesta y actos de violencia, en que las tropas de la Guardia Nacional intervinieron y, por lo menos 15 personas murieron y cerca de 110 resultaron heridas, por balas que partieron, según algunas versiones, de agentes provocadores, franco tiradores colocados en las ventanas de algunos edificios de Caracas15, el golpe de estado fue perpetrado. Del 11 al 12 de abril, luego de esos acontecimientos, tres generales prendieron a Chávez, lo llevaron para el Fuerte Tiuna, escoltado por el antiguo ministro de Defensa, José Vicente Rangel, y por el jefe de la seguridad del Palacio Miraflores, Manuel Rosendo y el general Lucas Rincón Romero, jefe del Estado Mayor del Ejército de Venezuela, anunció que renunciaría a la presidencia de la República. Pedro Carmona Estanca, presidente de Fedecámaras, asumió entonces el gobierno de Venezuela, contando con el apoyo de los medios de comunicación, TVs, radios y diarios.

Los EE.UU., obviamente, animaron ese golpe de estado, a través de la CIA y otras agencias, que orquestaron las operaciones encubiertas (covert actions), tal como hicieran en el Brasil, en 1962/1964 y en Chile, en 1971/7316. Desde junio de 2001, por lo menos, el coronel Ronald MacCammon, agregado militar de los EE.UU. en Venezuela, y su asistente, teniente-coronel James Rogers, ya iban a examinar con los militares venezolanos la posibilidad de derribar a Chávez, según Wayne Madsen, el antiguo agente del servicio de inteligencia de la marina norteamericana, reveló al diario inglés The Guardian17. Y, en la medida en que la situación económica y la seguridad de Venezuela se deterioraran, sobretodo a partir de fines de 200|, el gobierno de George W. Bush trató de aprovechar el creciente caos en Venezuela para unir las fuerzas de oposición y proveerlas con planeamiento y recursos de inteligencia de modo de convertir la huelga de los trabajadores en la industria del petróleo en un movimiento para derribar a Chávez de la presidencia, aunque esto significase una ruptura de la legalidad constitucional y del régimen democrático. En aquel año 2001, los EE.UU. canalizaron centenas de millares de dólares para los grupos americanos y venezolanos adversos al presidente Hugo Chávez, inclusive la CTV, a través de la National Endowment for Democracy, agencia creada por el Congreso, que cuadruplicó e incrementó las donaciones, elevando su presupuesto para Venezuela en más de US$877.00018, al tiempo que las condiciones en Caracas se agravaron. Y los agentes de la CIA y de la DIA19 actuaron junto a los militares venezolanos, a los dirigentes de Fedecámaras y a los líderes sindicales, con el objetivo de coordinar la conversión de lo que sería una pequeña huelga en demostración de protesta e indignación contra los nombres designados por Chávez para integrar el cuerpo de directores de la compañía estatal de petróleo (PDVSA), con el claro objetivo de crear una atmósfera de incertidumbre en Venezuela, al paralizar su más importante industria, responsable por cerca de 80% de las exportaciones del país y por casi 15% de las importaciones de petróleo de los EE.UU., porcentaje mayor que el de Arabia Saudita. De hecho, el papel de Venezuela, con las mayores reservas de petróleo y gas fuera de Oriente Medio, se tornó crucial para la seguridad de energía de los EE.UU., de los que era proveedora sin interrupciones hacía más de un siglo20, De esta forma, de acuerdo a Alex Volberding y Larry Birns, del Council on Hemispheric Affairs (COHA), si Henry Kissinger estaba en lo cierto al insistir en que cualquier amenaza externa a los depósitos de petróleo de Arabia Saudita constituiría un casus belli para los EE.UU., el mismo podría ser argüido con respecto a Venezuela21, que era el quinto mayor exportador de petróleo del mundo y el tercer mayor proveedor de los EE.UU., en cuyo mercado su industria energética se integraba crecientemente22. Sin embargo, todo indica que los EE.UU. no sólo animaron y financiaron el golpe de estado contra Chávez. Militares americanos también participaron directamente de su ejecución. De acuerdo a diversas informaciones, en la noche del 11 al 12 de abril, el coronel Ronald MacCammon, agregado militar de los EE.UU. en Venezuela y su asistente, teniente-coronel James Rogers, permanecieron dentro de la Comandancia del Ejército, en el Fuerte Tiuna – principal unidad militar de la capital – asesorando a los generales que desobedecieron a Chávez y lo destituyeron de la presidencia de Venezuela23.

El respaldo de los EE.UU. al golpe de estado se evidenció inmediatamente. Charles Shapiro, que el 9 de marzo asumiera el cargo de embajador de los EE.UU. en Caracas24, visitó inmediatamente a Pedro Carmona, lo que implícitamente significó el reconocimiento de su gobierno, mientras que el FMI, anunciaba, el mismo día 12, que tenía recursos financieros para Venezuela, en caso de ser necesario, procedimiento diferente al que adoptara con respecto a la Argentina. Y el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dice a la prensa que los detalles no eran muy claros, sin embargo "we know that the action encouraged by the Chavez government provoked this crisis", al intentar reprimir una demostración pacífica25. De esta manera, en vez de condenar la destitución de un presidente democráticamente electo, tentó negar que en Caracas ocurriera un golpe militar, insistiendo en responsabilizar a Chávez de su propia caída26. Ari Fleischer, mientras tanto, tuvo que reconocer que altos funcionarios del Gobierno Bush se encontraron con varios personajes de la oposición a Chávez, pero, justificando tales conversaciones como "a normal part of what diplomats do", afirmó que ellos no estimularon la intentona27. Una fuente del Pentágono también confirmó que hasta el propio jefe del Estado Mayor del Ejército de Venezuela, general Lucas Romero Rincón, que se rehusó a enviar tanques para proteger el Palacio Miraflores y anunció la renuncia de Chávez, tuviera, el 18 de diciembre, una reunión con el adjunto del secretario de Defensa Asistente, Roger Pardo-Maurer, y oyó que los EE.UU. "unequivocally"28 no aceptarían "coups or unconstitutional actions". Pero, por esto mismo, recomendaron con certeza el montaje de la farsa, la puesta en escena de acuerdo a un script similar al que el ex secretario de Estado en la administración de Lyndon B. Johnson (1963-69) Dean Rusk produjera para disfrazar el golpe de estado en Brasil en 196429, al enfatizar la necesidad de que el movimiento contra el entonces presidente João Goulart tuviese apariencia de legitimidad, de modo que los EE.UU. pudiesen proveer la ayuda militar a los sediciosos30. Algo similar fue lo que ocurrió en Venezuela, a fin de permitir que la administración de George W. Bush pudiese recurrir a la "plausible denial", i.e., negar convincentemente la responsabilidad y la complicidad de los EE.UU. con el golpe de estado, norma ésta por la cual los gobiernos norteamericanos pautaron muchas veces sus políticas de intervención en otros países de América Latina. Funcionarios de la Administración Bush comunicaron al Congreso que Chávez renunciaría a la presidencia de Venezuela y, en vez de condenar la ruptura del orden constitucional, saludaron el acontecimiento como victoria de la democracia.

Los EE.UU. estaban preparados para reconocer el gobierno de Pedro Carmona. Y a fin de facilitar esa iniciativa, dado que la Carta Democrática Interamericana condenaba cualquier ruptura de la legalidad, Phillip Chicola, funcionario del Departamento de Estado, pidió, el día 12, que la transición conservase las formas constitucionales, o sea, que la Asamblea Nacional y la Corte Suprema aprobasen la renuncia de Chávez31 y nuevas elecciones, con observadores de la OEA, fuesen convocadas para dentro de un plazo razonable32. No obstante, los sectores más conservadores y radicales del Opus Dei, representados por el contra almirante Carlos Molina Tamayo y el multimillonario Isaac Pérez Recau33, secretario de prensa de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que indujeron a Pedro Carmona a firmar un decreto, mediante el cual él se reservó la facultad de destituir gobernadores y prefectos electos, derogó la Constitución aprobada mediante referéndum, en diciembre de 2000, y disolvió la Asamblea Nacional, prometiendo convocar a elecciones "libres y democráticas", en un plazo de un año. Al mismo tiempo, anuló las leyes económicas y sociales aprobadas legalmente por el gobierno de Chávez e, inmediatamente, ordenó la interrupción del suministro de petróleo a Cuba. Con esta medida, de las primeras adoptadas en las pocas horas en que ocupó la presidencia de Venezuela, Pedro Carmona atendió el interés del secretario asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio, Otto Juan Reich, cuyo equipo fuera constituido con extremistas cubano-americanos, residentes en Miami, como recompensa por los votos dados a Bush en la elección presidencial de 200034.

Obviamente, Otto J. Reich iba a abogar y a orquestar "dirty tricks" para desestabilizar el gobierno en Venezuela, y era inconcebible que no estuviese implicado en el complot, dada la intensidad de su odio a Fidel Castro, amigo y modelo de Chávez, así como a su inescrupulosa conducta cuando dirigió la Office of Public Diplomacy for Latin America and the Caribbean (S/LPD), entre 1983 y 198635. Por esto, el mismo día 12 de abril, viernes, Otto J. Reich, telefoneó a Pedro Carmona manifestándole pronto y urgentemente, el interés de la Administración Bush en que fuese mantenida la "the appearance of democratic continuity"36. En otras palabras, el golpe de estado debía preservar una envoltura constitucional, como homenaje a que el vicio consagra a la virtud. Sin embargo, informado de la disolución de la Asamblea Nacional, de la Suprema Corte, del Tribunal Electoral, entre otras medida, Otto J. Reich instruyó al embajador de los EE.UU. en Caracas, Charles Shapiro, para que expresase a Pedro Carmona su preocupación con tales "inconstitucionales actions", que caracterizaban abiertamente el golpe de estado37 y, según The New York Times, lo llamó por teléfono e intercedió para el él no disolviese la Asamblea Nacional, argumentando que sea sería "a stupid thing to do" y provocar el clamor38. El consejo de Otto J. Reich a Pedro Carmona, el mismo día en que los militares dieron el golpe de estado, demostró el "early and urgent" interés de la Administración Bush en verlo suceder a Chávez y "maintain the appearance of democratic continuity"39.

Con todo, Pedro Carmona, imaginando que el apoyo de los barrios ricos de Caracas y de las clases medias altas significaba respaldo popular, se excedió, animado posiblemente por los elementos más radicales de la oposición y se sacó la máscara de la legalidad, con la que los EE.UU. pretendieron encubrir el golpe de estado. Disolvió la Asamblea Nacional, la Suprema Corte y el Tribunal Electoral. Y esta iniciativa suya asustó al jefe de las Fuerzas Armadas, Efraín Vázquez, que había apoyado la manifestación popular y ordenara la detención de Chávez, y le retiró el apoyo de los cuarteles. "Me salgo de la jugada" – dijo a Luis Miquilena, ex ministro de Interior y Justicia, reconociendo que fuera un error dejarse llevar por una persona que iba a conducir el país a un baño de sangre40. La CTV, que no había sido consultada respecto a tales medidas, se sintió traicionada, pues, de acuerdo a lo declarado por su secretario general, Carlos Ortega, ellas atentaban contra "el derecho yla libertad del movimiento obrero". La alianza contra Chávez, entre la CTV y la Fedecámaras, dirigida por Pedro Carmona, de esta manera se desmoronó. Y, mientras las camadas más pobres de la población, favorables a Chávez, ocupaban las calles de Caracas, saqueando las tiendas, extendiéndose la agitación por las ciudades de Guarenas, Los Teques, Coro y Maracay, la brigada de paracaidistas, comandada por el general Raúl Baudel, así como otros regimientos, se sublevaron contra la presidencia de facto de Pedro Carmona, ya desafiado por William Lara, líder de la Asamblea Nacional de Venezuela, que anunció, desde el interior del palacio Miraflores, que el vicepresidente Diosdado Cabello asumiría hasta la vuelta de Chávez al gobierno.

Si no tenía condiciones internas de sustentarse, apenas respaldado por las clases medias y altas, el gobierno de coalición empresarial-militar, emanado del golpe del 11/12 de abril, se enfrentó además con enormes dificultades externas para su reconocimiento. El Grupo de Río, que realizaba en Costa Rica la IVI Cumbre presidencial, condenó rápidamente la ruptura del orden constitucional en Venezuela y solicitó al embajador César Gaviria, secretario general de la OEA, la convocación urgente del Consejo Permanente, de acuerdo con el Art. 20 de la Carta Democrática Interamericana41, aprobada en la sesión plenaria del 11 de setiembre de 2001, incorporando una resolución AG/RES. 1080 (XXI-O/91)42. Y sus embajadores en la OEA aprobaron una resolución en la que condenaron "la alteración del orden constitucional en Venezuela". Solamente en función de la actitud de todos los demás estados de la región, inclusive México y Canadá, de repudiar el quiebre del orden constitucional en Venezuela, la delegación de los EE.UU. en la OEA se resignó a suscribir la moción que condenaba el golpe. Pero sólo lo hizo el sábado 13 de abril, cuando las manifestaciones de masa habían obligado a Carmona a renunciar y Chávez retornó al poder43. De este modo, los EE.UU., a pesar de haber avalado el golpe de estado en Venezuela, no tuvieron condiciones para legitimarlo. No sin razón, la BBC informó que "President Chavez's comeback has ... left Washington looking rather stupid". De hecho, el fiasco del golpe en Caracas, hizo perder a la Administración Bush incluso la noción del ridículo. Con desplante y cinismo, Condolezza Rice, asesora de seguridad de George W. Bush, advirtió que Chávez debería respetar los procesos constitucionales y recibir el mensaje que el pueblo le envió, o sea, que "that his own policies are not working for the Venezuelan people, that he has dealt with them in a high-handed fashion"44. En otras palabras, lo que Condolezza Rice quiso decir fue que el golpe fracasado sirviese a Chávez como advertencia, porque sus políticas no agradaban a los EE.UU.. Algunos días después, hablando a la prensa, Bush, tergiversando sobre el comportamiento de su gobierno, que no condenó prontamente el golpe en Venezuela, declaró también que Chávez debía aprender lecciones sobre democracia, con la tentativa de derribarlo del gobierno45. El profesor Riordan Roett, especialista en América Latina de la Universidad Johns Hopkins, en Washington, comentó, sin embargo, que los "los EE.UU. no pueden elegir cuáles son las democracias que apoyan y cuáles no". Y agregó: "O se apoya la democracia, o no se apoya". Por su parte, el periodista Paul Krugman, periodista de The New York Times, observó que el elemento más negativo de ese episodio fue la traición de los principios democráticos norteamericanos, pues la conceptualización "del pueblo, por el pueblo, para el pueblo" no debería ser acompañada por las palabras "mientras sea adecuado a los intereses de los EE.UU."46.

El golpe de masas

La política exterior de los EE.UU., vis-à-vis de América Latina, nunca fue, en realidad, consistente con los principios democráticos norteamericanos, que siempre constituyeron un elemento marginal, con el fin de retórica. El respaldo tácito al golpe de estado en Venezuela demostró una vez más que Washington solamente admitiría y respetaría los regímenes democráticos en los países de América Latina, siempre y cuando funcionaran a favor de sus intereses económicos, políticos y estratégicos. En 1963, la Embajada de Brasil en Washington, bajo el mando de Roberto Campos, destacó que, mientras el Departamento de Estado condenase cualquier atentado a la democracia representativa en el hemisferio, el gobierno de John F. Kennedy no dejaba de reconocer y cultivar "relaciones amistosas con las peores dictaduras de derecha", pues "desde el punto de vista de los sectores militares de Washington, tales gobiernos son mucho más útiles a los intereses de seguridad continental de que los regímenes constitucionales"47. Tales sectores, los de extrema derecha, fueron los que pasaron a orientar la política internacional de los EE.UU., después de la dudosa elección de George W.

Bush a la presidencia, en 2000. Y con toda razón, al comentar el éxito en Francia del lider de extrema derecha, Jean Marie le Pen, en las elecciones de 2002, el periodista Paulo Krugman, de The New York Times, evaluó que realmente no tenía condiciones de convertirse en presidente y poner en práctica sus "hard-right ideas" sin embargo, en los EE.UU., "the hard right haass essentially been co-opted by the Republican Party – or maybe it's the other way around" – y estaba en posición de poner en práctica esas ideas, porque "the angry people are already running the country"48.

Esa "hard right", con la asunción de George W. Bush a la presidencia, pasó a comandar una potencia, cuya fuerza militar se volviera, a partir de la Segunda Guerra Mundial, la única en el mundo cuya misión principal no es la defensiva, sino la ofensiva, no la de defender las fronteras nacionales, sino la de proyectar su poder sobre todos los continentes49.

Y, desde el colapso del Bloque Socialista, recrudeció en Washington, según firmó el periodista William Pfaff del International Herald Tribune, la idea de que los EE.UU. deberían ejercer su "unrivaled power" como un imperio, a fin de lograr la estabilidad internacional, resolver los problemas de terrorismo, de las "rogue nations" (naciones irresponsables e indisciplinadas), armas de destrucción masiva y así en adelante. Tales propuestas para la institución del imperio, según Willian Pfaff, no eran intelectualmente serias, pero eran significativas, porque la clase política y la burocracia estaban enamoradas del poder internacional en la "they want more"50. Y de allí la amenaza. Desde el siglo XVII, la ley internacional se basó en los principios de la soberanía nacional y de la igualdad legal de las naciones, sin embargo, según reconoció el propio William Pfaff, "Washington ignores whenever convenient"51. También el politólogo e historiador Kenneth Maxwell, del Council of Foreign Relations, reveló que las cabezas jóvenes y brillantes de la página de editoriales del Wall Street Journal, los ideólogos neo-conservadores de los institutos de estudios de Washington y, lo más amenazante, los liderazgos civiles del Pentágono, pasaron a proclamar que había llegado el momento de "hablar alto y se pelos en la lengua sobre el Imperio Americano", de que los EE.UU. ejercieran plenamente sus poderes imperiales, de adherir a la misión imperial que les fuera impuesta y, de ser preciso, imponer la "pax americana" por la fuerza avasalladora de las armas52. La facilitación del golpe de estado en Venezuela constituyó, por cierto, el desdoblamiento de esa estrategia, tendiendo a subordinar toda América del Sur a los intereses hegemónicos de los EE.UU. y a la conformación del Imperio Americano.

El gobierno del presidente George W. Bush, todo lo indica, no desistió de derrocar el presidente Hugo Chávez. Condiciones internas, en Venezuela, había. El gobierno de Chávez continuó a enfrentar severa oposición de ciertos sectores sociales, adversos a la Ley de Tierras, por contrariar los intereses de los latifundistas y especuladores urbanos, y a la Ley de Hidrocarburos, mediante la cual la PdVSA no más podría retener 80% de su ingreso con las exportaciones de petróleo, a título de costos operativos, en detrimento de las finanzas del Estado.

Y no se podía descartar la hipótesis de que la CIA, en diciembre de 2002, estuviese a manipular esas contradicciones sociales, encorajando el paro general, que cesaron sobre todo las actividades de la PdVSA, y las manifestaciones callejeras, promovidas por la Coordinadora Democrática, con el apoyo de la prensa, a fin de exigir la renuncia de Chávez y elecciones anticipadas. Eses acontecimientos caracterizaron una larga maniobra para desestabilizar el gobierno en Venezuela y forzar su derrumbe, dado que la vía del golpe militar, que rompiese la legalidad constitucional, no era muy factible. El general Raúl Baduel, comandante Cuarta División Blindada y Guarnición Militar de Maracay, aledaña al Batallón de Paracaidistas, rechazó varias veces pedidos para que diera un golpe y reveló a la prensa que lo inquietaba la existencia de sectores que creían "que congregar a un alto número de personas en una manifestación era ya un instrumento válido para que el presidente salga del poder". "Es preocupante, porque si lo aceptamos vamos a estar permanentemente en situaciones parecidas "- agregó el general Raul Baduel53.

Sin duda, el paro general y las manifestaciones callejeras, desencadenas el 2 de diciembre de 2002, configuraron una nueva modalidad de golpe, de modo a tornar el país ingobernable, a tal punto que no restase a Chávez otra salida sino renunciar a la presidencia. Muy sintomática fue la actitud de la Casa Blanca delante de tales acontecimientos, que amenazaban llevar el Estado venezolano al colapso y al borde de una guerra civil. En 13 de diciembre, el gobierno de los EE.UU., a través de su vocero Ari Fleischer, respaldó, abiertamente, a la oposición en Venezuela, al exhortar el presidente Chávez a convocar elecciones anticipadas, como la única forma de solucionar pacífica y políticamente la crisis54. Dos días después, empero, retrocedió, aclarando que el gobierno de los EE.UU. no estaba a proponer la anticipación de las elecciones, sino la realización de un referéndum sobre la popularidad de Chávez55, no previsto, igualmente, por la Constitución Bolivariana de Venezuela, de 199956. Ese cambio de actitud resultó, en cierta medida, de la decisión de Consejo Permanente de la OEA, que resolvió, en la reunión del mismo día 13 de diciembre, "respaldar plenamente la institucionalidad democrática y constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, cuyo gobierno preside Hugo Chávez Frías, y rechazar categóricamente cualquier intento de golpe de estado o alteración del orden constitucional". Pero demostró las contradicciones domésticas en que la administración de George W. Bush se debatía, bloqueada por la resolución de la OEA, y a enfrentar, de un lado, presiones de los que, como Otto Reich57, insistían en la remoción de Chávez, y a temer, del otro, que la crisis en Venezuela, responsable por casi 15% del suministro de petróleo a los EE.UU.,resultase en un conflicto armado, en el momento en que se preparaba la guerra contra el Irak.

Traducido para LA ONDA DIGITAL por Cristina Iriarte

* Luiz Alberto de Vianna Moniz Bandeira es doctor em ciencia políticca, profesor titular (retirado) de Historia de la Política Exterior de Brasil en la Universidad de Brasília y autor de varias obras sobre las relaciones de los EUA con el Brasil y los demás países de América Latina, entre los cuales Presença dos EUA no Brasil, De Marti a Fidel e Da Guerra do Paraguai ao Mercosul, esta a ser lanzada en marzo de 2003.

Notas

1Em novembro de 1998, ocorreu na Venezuela a eleição presidencial e legislativa regular exigida pela Constituição de 1961. Chávez ganhou a votação para a presidência mas não a maioria legislativa. Em abril de 1999 realizou-se um referendum consultivo sobre a convocatória de uma Assembléia Constituinte. Em julho do mesmo ano ocorreu a eleição dos 131 constituintes, dos quais 125 receberam apoio de Chávez e apenas 6 configuraram a oposição. E em dezembro efetivou-se o referendum no qual a Constituição da chamada Quinta República denominada posteriormente, República Bolivariana de Venezuela, obteve 71,21% de aprovação.

2La Nacion, Buenos Aires, 14.02.2002, p. 2.

3Secretary Colin L. Powell - Statement on President Bush's Budget Request for FY 2003

4El Universal - Caracas, miércoles 06 de febrero, 2002. Essas referências ao presidente Hugo Chávez não constam dos textos do testemunho de Collin Powel, liberados pelo Departamento de Estado.

5George J. Tenet - Worldwide Threat - Converging Dangers in a Post 9/11 World Testimony of Director of Central Intelligence before The Senate Select Committee on Intelligence. 06.2.2002

6Ibid. Tambem se referiu à Argentina, onde, segundo percebia, o presidente Duhalde tentava preliminarmente manter a ordem pública, para promover a recuperação econômica, mas seu apoio era pequeno, e acentuou que a situação na Colômbia permanecia "highly volatile" , o processo de paz enfrentava muitos obstáculos e a violência aumentava, sobretudo pelas FARC, que representava uma "serious threat" aos interesses dos EUA na América Latina

7Statement on President Bush's Budget Request for FY 2003 Secretary Colin L. Powell - House International Relations Committee Washington, DC February 6, 2002 As delivered.

8Ibid.

9Secretary Colin L. Powell - Statement on President Bush's Budget Request for FY 2003 Senate Foreign Relations Committee. Washington, DC, February 5, 2002. As prepared.

10Ibid.

11 "Bush Officials Met With Venezuelans Who Ousted Leader", in The New York Times, NY, 16.04.2002. DeYoung, Karen – "U.S. Details Talks With Opposition" , in The Washington Post, Wash., 17.04.2002. "Administration sources have confirmed to Newsweek that in late February, dissident Venezuelan military officers informed U.S. Embassy officials in Caracas about plans for a coup against Chavez. The officers sought guidance on the U.S. government's position. They were told that "this was something that was not acceptable, that a coup was not the way to go," says one U.S. official.In any case, the Bush administration was certainly not sorry to think Chavez was gone". Gunson, Phil & Contreras, Joseph - "Chaos in Caracas", Newsweek , 16.04.2002

12Em meados de fevereiro de 2002, a embaixadora dos EUA em Caracas, Donna Hrinak em entrevista à televisão Televen que aos Estados Unidos "preocupa" que "hay cierta simpatía" do gobierno venezelano para com os guerrilheiros colombianos, que ela chamou de terroristas, recordando que Chávez não os considerava como tal.

13Maxwell, Kenneth – "A América Latina joga a toalha" , in Folha de São Paulo, 08- 4-2002. Artigo especialmente escrito para a Folha de São Paulo.

14"Chavez's departure removes a leader whom the United States had long viewed as a potential threat to its interests in the Andes, now dominated by the war in neighboring Colombia. Marxist guerrillas there have intensified their campaign against the U.S.-backed Colombian government, and Chavez has refused a number of U.S. requests for help on the issue". Wilson, Scott – " Leader of Venezuela Is Forced To Resign", The Washington Post, Wash., 13.04.2002.

15A Guarda Nacional e outros funcionários armados, que protegiam o edifício do governo, no dia 11 atacaram e foram atacados quando a manifestação, que se dirigia para os escritórios centrais da companhia Petróleos de Venezuela (PDVSA), mudou de rumo e se precipitou contra o Palácio Miraflores. Do alto de três edifícios, franco-atiradores (constou que eram pertencentes organização Bandera Roja, inimiga do chavismo) dispararam contra a cabeça e o coração de partidários de Chávez. Segundo o ministro da Defesa, José Vicente Rangel, cerca de 90% dos mortos eram partidários de Chávez. A versão da oposição é diametralmente oposta: os Círculos Bolivarianos e os setores mais radicais do próprio governo colocaram os atiradores de precisão nos edifício para dispersar a uma rebelião civil. Aznárez, Juan Jesús – "¿Quién disparó en Miraflores?", in El País, Madrid 20.04.2002

16"Venezuelan President Hugo Chavez is Restored" - Analysis by Alex Volberding and Larry Birns, COHA research group. O Council on Hemispheric Affairs (COHA) foi fundado em 1975, como organização de pesquisa e informação, independente, não- lucrativa, não partidária e isenta de impostos, sendo considerada no Senado norte americano como "one of the nation's most respected bodies of scholars and policymakers". Nessa análise, divulgada através da Internet, em 15 de abril de 20002, os pesquisadores Alex Volberding e Larry Birns, do Conselho para Assuntos Hemisféricos (COHA), vão além. Eles afirmam que a Agência Central de Inteligência dos EUA (CIA) poderia estar por trás dos acontecimentos que motivaram a destituição de Chávez. Os membros da organização independente com sede em Washington afirmam que as declarações de funcionários dos EUA fortalecem a suspeita.

17Wayne Madsen, antigo agente do serviço de inteligência da marinha norte- americana, revelou ao jornal inglês The Guardian que, desde junho de 2001, os EUA estavam a considerar a possibilidade de derrubar Chávez, e seus navios, estacionados no Caribe, entre 11 e 12 de abril, não apenas intervieram nas comunicações das embaixadas de Cuba, Líbia, Irã e Iraque, como permaneceram em estado de alerta, com o objetivo de evacuar os cidadãos americanos, se necessário. Campbell, Duncan – "American navy 'helped Venezuelan coup'", The Guardian, Londres, 29.04.2002. O presidente Hugo Chávez revelou a uma comitiva de deputados brasileiros, chefiada pelo deputado Aldo Rebelo (PCdoB/SP), presidente da Comissão de Relações Exteriories da Câmara, que o governo venezuelano tem registros da presença de oficiais do exercito americano no Forte Tiúna no dia do golpe. Ele tem tudo anotado, a que horas os adidos militares americanos saíram dos quartéis e a que horas chegaram ao forte, disse o deputado Aldo Rebelo. "Chávez volta a acusar EUA" , Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 01.05.2002.

18Marquis, Christopher - "U.S. Bankrolling Is Under Scrutiny for Ties to Chávez Ouster" , The New York Times, New York, 25.04.2002.

19A DIA (Defense Inteligence Agency) é o serviço de inteligência do exército dos EUA. "Venezuela's Role Supporting U.S. Energy Security" - Seminar presented by The Johns Hopkins University's Paul H. Nitze - School of Advanced International Studies (SAIS) - October 11, 2001, 8:30 a.m. - 1:30 p.m.

20Petroleumworld - Caracas, Oct. 9 - http://www.petroleumworld.com/story5494.htm

21"Venezuelan President Hugo Chavez is Restored" - Analysis by Alex Volberding and Larry Birns, COHA research group.

22Reliable, Affordable, and Environmentally Sound Energy for America's Future - Report of the National Energy Policy Development Group - Chapter 8: Strengthening Global Alliances: Enhancing National Energy Security and International Relationships8-6 - Release date: May 17, 2001.

23"Denúncia liga EUA a golpistas - Adido acusado de articulação anti-Chávez", Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 19.04. 2002. "La crisis en Venezuela: revelación en Caracas - Implican a oficiales de EE.UU. en el golpe contra Chávez", La Nación, Buenos Aires, 23.04.2002. Campbell, Duncan – "American navy 'helped Venezuelan coup'", The Guardian, Londres, 29.04.2002

24 Charles Shapiro apresentou formalmente suas credenciais a Chávez no dia 19 de março de 2002.

25Forero, Juan – "Venezuela's Chief Forced to Resign; Civilian Installed" , The New York Times, New York, 13.04.2002.

26"We explicitly told opposition leaders that the United States would not support a coup. Many of these conversations took place at repeated numbers of levels throughout the State Department and the NSC, as well in conversations that newly appointed Ambassador Charles Shapiro and former Ambassador Hrinak had with officials in Venezuela" - Embassy of the United States, Caracas, Venezuela - Public Affairs Office - Press Release - White House Report: Venezuela (White House Press Secretary Ari Fleischer briefed midday), 16 April 2002. "El prolongado resentimiento que causó en algunos venezolanos el régimen cada vez más antidemocrático de Chávez movió a centenares de miles de manifestantes desarmados a reunirse en la capital venezolana el 11 de abril para llevar a cabo una protesta pacífica". Embajada de los Estados Unidos, Caracas, Venezuela, Oficina Informativa y Cultural - Boletín de Prensa- " Respuesta de E.U.A. a crisis Venezuela fue apropiada, dicen altos funcionarios (Respuesta inicial se basó en la mejor información disponible). Por Lauren Monsen, Redactora del Servicio Noticioso desde Washington 19 de abril de 2002.

27DeYoung, Karen - "U.S. Details Talks With Opposition - Administration Insists It Did Not Encourage a Coup", The Washington Post, Wash., 17.04.2002.

28Ibid.

29 "It is highly desirable, therefore, that if action is taken by the armed forces such action be preceded or accompanied by a clear demonstration of unconstitutional actions on the part of Goulart or his colleagues or that legitimacy be confirmed by acts of the Congress (if it is free to act) or by expressions of the key governors or by some other means which gives substantial claim to legitimacy" Text of State Department telegram 1296 to American Embassy, Rio de Janeiro, dated March 30, 1964, 9:52 p.m. (Washington time), in Gordon, Lincon -Brazil' second chance - En route toward the First World, Washington, Brook Institution Press, 2001 pp. 68-70.

30"Rusk continued by reading a long draft telegram to me, noteworthy for ist emphasis on the need of legitimacy in any anti-Goulart movement to wich we might provide military support". Id., ibid., p. 68.

31Na mesma sexta-feira, 12 de abril, os advogados do Departamento de Estado, estudando a constituição da Venezuela, notaram que a renúncia do presidente da República não era válida até que fosse aceita pela Assembléia Nacional, que tinha o poder de instalar um novo chefe de governo.

32Dossier Documental | Crisis En Venezuela - El Golpe Que No Tumbó A Chávez - http://www.elpais.es/temas/dossieres/crisisvenezuela/posturaeeuu.html

33O multimillonário Isaac Pérez Recao, de 32 anos, foi, ao que tudo indicou, a éminence grise que indicou a Pedro Carmona os nomes de todos os ministros, escolhidos entre gerentes Venoco e militantes do Opus Dei, com algum representante de negócios a ele associado. Pérez Recao era sobrino de Juan Pablo Pérez Alfonso, um dos criadores da Organização dos Países Exportadores de Petróleo (OPEP) e principal acionista da petroquímica Venoco, que perdeu vários contratos desde que Chávez assumiu o poder em 1999.

34Otto J. Reich, nomeado pelo presidente George W. Bush secretário-assistente de Estado para Assuntos do Hemisfério Ocidental, tornou-se assim o principal coordenador da política externa dos EUA para a América Latina. Exilado cubano, naturalizado americano, exerceu entre 1983 e 1986a função de diretor do Office of Public Diplomacy for Latin America and the Caribbean (S/LPD), órgão encarregado do programa secreto do governo Ronald Reagan de apoio aos Contras, na campanha para derrubar o regime sandinista da Nicarágua, havendo então cometido inúmeras irregularidades. Posteriormente, durante o governo de George Bush (pai), entre 1989 e 1994, Reich foi embaixador dos EUA na Venezuela, onde continuou a manter estreitos contactos. Lino Gutierrez, subsecretário-assistente de Estado para Assuntos do Hemisfério Ocidental, é outro cubano-americano. Foi embaixador dos EUA na Nicarágua. Também Emílio González, vice-diretor do Conselho de Segurança Nacional, é cubano-americano e a ele coube cuidar das questões do Caribe, entre as quais a de Cuba. Igualmente, ooutro cubano-americano, José Cardenas, foi encarregado de tratar dos assuntos da América Latina para a equipe do Partido Republicano na Comissão de Relações Exteriores do Senado, junto à qual já atuou como antigo membro da Fundação Nacional Cubano-Americana, cuja missão consistia em fazer pressões a favor da manutenção das sanções comerciais contra Cuba. Rogelio Pardo-Maurer, secretário-adjunto de Defesa e responsável pelos assuntos da América Latina no Pentágono, e representou o governo de Violeta Chamorro como embaixador da Nicarágua Washington, onde entre 1986 e 1989 chefiara a equipe dos Contra, o grupo que fazia guerrilhas contra o regime sandinista com recursos fornecidos secretamente pelo governo Ronald Reagan.

35"Venezuelan President Hugo Chavez is Restored" - Analysis by Alex Volberding and Larry Birns, COHA research group.

36Marquis, Christopher – "U.S. Cautioned Leader of Plot Against Chávez" , The New York Times, 17.04.2002

37DeYoung, Karen – "Bush Officials Defend Their Actions on Venezuela", The Washington Post, 18.04.2002

38Marquis, Christopher – "U.S. Cautioned Leader of Plot Against Chávez" , The New York Times, 17.04.2002

39Ibid.

40Aznárez, Juan Jesús – "Crisis en Venezuela : por qué fracasó el golpe", El País, Madrid, 18.04.2002.

41O Art. 20 da Carta Democrática Interamericana dispõe que, "caso num Estado membro ocorra uma alteração da ordem constitucional que afete gravemente sua ordem democrática, qualquer Estado membro ou o Secretário-Geral poderá solicitar a convocação imediata do Conselho Permanente para realizar uma avaliação coletiva da situação e adotar as decisões que julgar conveniente".

42Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos, Acta de la Sesión Extraordinaria celebrada el 21 de Enero de 2000. A OEA, mediante a resolução AG/RES. 1080 (XXI-O/91), estabelecera um mecanismo para ajudar a restabelecer a democracia representativa onde ela sofresse uma interrupção. Essa resolução foi aprovada na quinta sessão plenária da OEA, ocorrida em 5 de junho de 1991.

43Marquis, Christopher – "U.S. Cautioned Leader of Plot Against Chávez" , The New York Times, 17.04.2002

44Thompson, Ginger & Forero, Juan – "Ardent Populists Reinstate Leader to Run Venezuela", The New York Times, New York, 15.04.2002.

45Bush disse que "very important for [Chavez] to embrace those institutions which are fundamental to democracy, including freedom of the press and freedom for -- the ability for the opposition to speak out. And if there's lessons to be learned, it's important that he learn them". DeYoung, Karen – "Chavez Must 'Embrace' Democracy, Bush Says", The Washington Post - 19.04.2002.

46"Surely the worst thing about this episode is the betrayal of our democratic principles; "of the people, by the people, for the people" isn't supposed to be followed by the words "as long as it suits U.S. interests". Krugman, Paul – "Losing Latin America", The New York Times, NY, 16.04.2002.

47"Política Externa Norte-americana - Análise de Alguns Aspectos", Anexo 1 e único ao Ofício nº 516/900.1 (22), secreto, Embaixada em Washington ao Ministério das Relações Exteriores, Washington, 13.06.1963, AHMRE-B, 900.1(00), Política Internacional, de (10) a (98), 1951/66.

48 Krugman, Paul - The Angry People", The New York Times, 23.04.2002.

49Em 2000, os EUA mantinham cerca de 100.000 soldados na Europa, contingente maior dos que os da Alemanha, França e Grã-Bretanha; cerca de 100.000 espalhados na região do Pacífico ocidental.

50 Pfaff, William – "Empire isn't the American way –Addiction in Washington", International Herald Tribune 09.04.2002 51Ibid.

52Maxwell, Kenneth – "A América Latina joga a toalha", in Folha de S. Paulo, São Paulo, 08.04.2002. Esse artigo foi escrito especialmente para a Folha de São Paulo.

53 "Me llaman muchos para pedir que dé un golpe", in La Nacion, Buenos Aires, 19.12.2002, p. 02

54"The United States is convinced that the only peaceful and politically viable path to moving out of the crisis is through the holding of early elections".Dao, James. "Shifting Stance, U.S. Calls for Early Election in Venezuela". The New York Times, 14.12.20

55 Dao, James. "U.S. Clarifies Stand on Venezuelan Vote". The New York Times, 17.12.2002

56 O Artigo 230 da Constituição Bolivariana da Venezuela fixou em seis anos o mandato do presidente da República, que só pode ser reeleito uma só vez, para um período adicional. O Artigo 72 estabeleceu que "todos"todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables", por meio de referéndum popular. Este referéndum talvez pudesse ser convocado, mas só em agosto de 2003, após transcorrer metade do mandato de Chávez. Caso ele perdesse, então deveria convocar eleições para dentro de 30 dias.

57 Bush, não podendo manter Reich como Secretário de Estado Assistente, porque provavelmente sua nomeação não seria aprovada pelo Congresso, investiu-o no cargo de Enviado Especial para o Hemisfério Ocidental do Departamento de Estado.

* Luiz Alberto Moniz Bandeira, cientista político

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