lunedì 15 marzo
Haití: 'Titid' Aristide o la muerte de una ilusión
Roberto Montoya. El Mundo
Un país a la deriva. El sueño con el que el primer presidente democráticamente elegido de Haití cautivó a su pueblo ha llegado a su fin. En 1990, los haitianos, hartos de décadas de golpes de Estado, dictaduras, matanzas, miseria, injusticia y corrupción, auparon al poder a Jean Bertrand Aristide. Hoy, ese trozo de isla, que en 1804 se convirtió en la primera república negra del continente americano, ha vuelto a perder el rumbo
Jean Bertrand Aristide se convirtió en 1996 en el primer presidente haitiano legítimamente elegido que traspasaba el poder a su sucesor legal, René Préval.
Aristide, a quien muchos llamaban el ayatolá del Caribe, parecía romper así la norma que quiso imponer uno de los primeros líderes de los antiguos esclavos haitianos, Touissant Louverture, el centauro de la sabana. En 1801 este caudillo negro se autoproclamó «gobernante perpetuo» y anunció que desde ese mismo momento los mandatarios sólo dejarían el poder cuando fueran derrocados por la fuerza o asesinados. Napoleón lo mandó encarcelar poco después y lo dejó morir de pulmonía en la cárcel, en 1803, sin proporcionarle asistencia médica alguna.
La rebelión de los esclavos haitianos había sido en realidad iniciada antes, en 1791 -sólo dos años después de la Revolución Francesa- por el africano Boukman y aunque fue sofocada por las tropas galas, influyó sin duda en que Francia aboliera la esclavitud en 1794. En 1804 Haití declararía su independencia, convirtiéndose en la primera república negra de América y en la segunda nación del llamado Nuevo Mundo que se independizaba, tras Estados Unidos.
Touissant Louverture era, además de general, una suerte de brujo vudú; Jean Bertrand Aristide, Titid, quien muchas veces reivindicó el nombre de ese Espartaco negro, un sacerdote salesiano alineado en la Teología de la Liberación.
Los haitianos, hartos de décadas y décadas de golpes de Estado, dictaduras, matanzas, miseria, injusticia y corrupción, auparon al poder a Aristide en 1990 al otorgarle el 67% de los votos.En su programa electoral, Aristide prometía acabar con el poder omnímodo de las 630 poderosas familias con las que la tiranía de los Duvalier se repartían la riqueza del país desde los años 50.
Aseguraba que iba a terminar con la pobreza extrema de la mayoría de la población (menos de un 5% de sus ocho millones de habitantes tiene un empleo digno); que terminaría con el elevado índice de mortalidad infantil (12%); que garantizaría el acceso de todos los ciudadanos a la educación (más del 70% es analfabeto) y a la sanidad pública.
Los haitianos creyeron en Aristide. Como líder de la coalición Lavalas (Avalancha, en creol), Aristide logró derrotar tanto a Roger Lafontant, ex jefe de los Tonton Macoutes, la temible guardia pretoriana de Duvalier, y al candidato de la Casa Blanca, Marc Bazin. Aristide osó enfrentar a los poderosos poderes fácticos del país pero, en septiembre de 1991, sólo ocho meses después de asumir el poder, fue derrocado por un golpe de Estado militar.Este estuvo liderado por el jefe del Ejército que él mismo había nombrado, el general Raúl Cedrás y por el jefe de la Policía, el teniente coronel Michael François, apoyados por los militares y paramilitares duvalieristas y la oligarquía local.
Aristide se exilió primero en Caracas y luego se trasladó a Washington, donde criticó duramente la política de Clinton de repatriar a los cientos de balseros que intentaban huir de la nueva dictadura.Titid pasó a ser un símbolo, un mito, una bandera de lucha para la población haitiana, que lo acogió calurosamente cuando volvió al poder gracias a la intervención de los marines.
Resultaba paradójico. Como denunció The New York Times el 14 de noviembre de 1993, la CIA mantuvo en nómina desde 1986 (desde la huida del último Duvalier) hasta 1991 o 1992 a varios altos cargos militares haitianos, entre ellos, al mismísimo Raúl Cedrás, que lideraría el golpe de Estado de 1990 contra Aristide. Esta denuncia, de la que se hizo eco Time y Le Point, reveló que el organismo que creó la CIA en Haití, para controlar supuestamente a las mafias del narcotráfico, el Servicio Nacional de Información (SIN), terminó vinculado directamente a éstas.
El SIN jugó también un papel muy activo en el entrenamiento del Frente para el Avance y Progreso de Haití (FRAPH), dirigido por Emmanuel Constant, cuyas milicias asesinaron a centenares de partidarios de Aristide, antes y después de su triunfo electoral.Al menos tres de los miembros del SIN (organismo que recibía 80 millones de dólares anuales de la CIA), los oficiales Ernest Prudhomme, Diderot Sylvain y Leopold Clerjeune, participaron tan abiertamente en el golpe de 1990 contra Aristide, que el Gobierno norteamericano se vio obligado a congelar sus cuentas bancarias en EEUU.
Constant, detenido y enjuiciado en 1994 en EEUU por terrorismo, pero liberado meses más tarde, reconoció que recibía del SIN un sueldo mensual de 700 dólares.
A pesar de que varios informes de la CIA y del ultraconservador congresista Jesse Helms siguieron hostigando a Aristide -ya en el exilio-, calificándolo de «psicópata» y de persona «inestable» que no merecía la ayuda estadounidense, el entonces presidente de EEUU, Bill Clinton, terminó finalmente aceptando los reclamos de la ONU para que ayudara con sus tropas la vuelta de Aristide al poder.
Presionado por la ONU, EEUU, Francia y otros países, Aristide moderó su radical discurso y aceptó la intervención para permitirle la vuelta a su país. Para muchos de sus antiguos colaboradores, Aristide ya no era el mismo. Para otros, a pesar de los justos ideales que defendía, Aristide no hubiera sido nunca capaz de sacar a su país del profundo pozo en que se encontraba aunque no hubiera sido derrocado por los militares.
Para volver a Haití de su exilio en 1994, Aristide tuvo que aceptar los draconianos condicionamientos que le impusieron el FMI, el Banco Mundial y la Agencia Internacional de Desarrollo, en el Acuerdo de París de agosto de ese año. Cualquier tipo de ayuda a Haití quedó condicionada al estricto cumplimiento del Programa de Ajuste Estructural (PAE), que incluyó la privatización de la mayoría de las empresas estatales -inclusive aquellas rentables como la telefónica TELECO-, el despido de más de la mitad de los funcionarios públicos y la eliminación total de sus aranceles, de forma de facilitar la entrada de productos extranjeros. La entrada de productos agrarios estadounidenses, como el arroz, terminaron por hundir la ya fragilísima economía y mercado haitianos.
El grueso de la ayuda que llegó a Haití sirvió para pagar la deuda externa, para formar la nueva policía y organizar las elecciones de 1995. Titid denunció la situación que vivía su país incluso desde las páginas de Opinión de EL MUNDO, el 15 de octubre de 1996, en un artículo titulado Democracia empobrecida.
Aristide no sólo tuvo que borrar de su programa la esperada reforma agraria e importantes proyectos sociales, sino que fue forzado a aceptar la amnistía de los militares golpistas y a negociar con ellos el futuro político. En su Gabinete ya no había ministros progresistas de antes, pero sí ex ministros de Duvalier.
El fin de la 'revolución'
Aristide desarticuló a las Fuerzas Armadas para crear una fuerza policial que pretendía seguir el modelo costarricense. EEUU se volvió a ocupar de diseñarla, a través del programa ICITAP (International Criminal Investigative Training Assistance Program). Sin embargo, la aceptación en las filas de la nueva policía de numerosos ex militares duvalieristas dio como resultado una estructura inmersa en la corrupción y las violaciones de los derechos humanos. La revolución de Aristide empezaba a hacer aguas por todos los costados.
El no quiso descontar de los años de mandato que le correspondían los tres que había estado en el exilio y en 1995 convocó nuevas elecciones, que ganaría su candidato, René Préval, con el 87% de los votos. La disconformidad de los sectores populares, que se sintieron traicionados por los cambios evidentes de la política del Gobierno; las deserciones en las filas de Lavalas, más los atentados terroristas de grupos de ex militares hicieron que la situación política y social volviera a ser explosiva. Como única respuesta el régimen utilizó la represión de su desacreditada policía y de las temibles milicias de sus chemieres, encargadas de apalear y matar a opositores.
El régimen de Aristide terminó haciendo suyos los mismos males que en el pasado condenó y contra los cuales luchó.
Después de unas caóticas e irregulares elecciones legislativas en julio de 2000, Aristide volvió al poder en febrero de 2001, tras obtener en unos comicios boicoteados y denunciados como fraudulentos por toda la oposición el 91,8% de los votos. La crisis no haría más que profundizarse a partir de ese momento.
La amplia y variopinta oposición, en un país sin tradición de partidos, no reconoció la legitimidad de su Gobierno; el Parlamento prácticamente dejó de existir; el grueso de las nuevas partidas de ayuda exterior fue congelada y la ONU retiró a su Misión Internacional Civil de Apoyo (MICAH) que desde marzo de 2000 intentaba ayudar al Gobierno haitiano a democratizar las instituciones públicas.
Aristide quedó aislado, acosado por viejos y nuevos enemigos internos y externos. Sólo faltaba esperar que el caos llegara hasta tal punto que se produjera una sublevación, y ésta comenzó el pasado 5 de febrero, donde los sectores más disímiles, con distinta historia y objetivos, se lanzaron a la calle para derrocar al Gobierno.
Aristide tiene ahora en contra hasta al FNCD, partido fundador de la coalición Lavalas y a antiguos líderes de ésta, como Gerard Pierre Charles, veterano líder de tradición comunista y enconado luchador contra los Duvalier, hoy líder de la Organización del Pueblo en Lucha (OPL). Aristide perdió también a las temibles milicias con las que contaba, conocidas como el Ejército Caníbal, que volvieron sus armas en contra del presidente al sospechar que fue quien ordenó asesinar, en septiembre de 2003, a su jefe, Amiot Métayer. El hermano de Amiot, Butteur Metayer, ha tomado su relevo, autoproclamándose ya como alcalde de Gonaives.
Paradójicamente, esos hombres que antes eran la fuerza de choque de Aristide y que pasaron a constituir el Frente Opositor de Resistencia Revolucionario de Artibonite conocido por las siglas RARF, se han unido a numerosos miembros del viejo FRAPH, la estructura paramilitar derechista que mató años antes a tantos partidarios del presidente, formando conjuntamente ahora el Frente Nacional de Reconstrucción y Liberación. Dos de los antiguos jefes del FRAPH, Louis Jodel Camberlain y Jean Pierre Baptiste, volvieron días atrás del exilio con muchos de sus antiguos subordinados, decididos a derrocar violentamente de nuevo a Jean- Bertrand Aristide.
Otro de los hombres que ha vuelto de su exilio en la vecina República Dominicana para unirse a los grupos armados es Guy Philippe, ex comandante de la policía de Aristide en Cabo Haitiano. El presidente lo expulsó de su cargo en 2000, tras descubrir que participaba con otros oficiales en un complot contra el Gobierno.
Aristide ha terminado por aceptar la propuesta de la OEA, la Caricom (Comunidad de Naciones del Caribe), Canadá, Francia y Estados Unidos de encontrar una solución pacífica y negociada a la crisis, siempre que a él se le permita terminar su mandato, en febrero de 2005, pero la falta de interlocutores representativos del conjunto de la oposición dificulta esa posibilidad.
Más de 200 grupos, desde movimientos católicos de base, protestantes, practicantes de vudú, hasta socialistas, conservadores, empresariales, ex duvalieristas, feministas, estudiantiles, profesionales, sindicales, campesinos, de derechos humanos y un largo etcétera, forman la llamada Plataforma Democrática.
Sus consignas centrales son: la renuncia del Gobierno; la elección de un presidente provisional entre los jueces de la Corte Suprema; el nombramiento por parte del consejo electoral de un Consejo de Sabios que se convierta en Consejo de Estado, encargado provisionalmente de restaurar la vida económica del país y de convocar elecciones en un periodo no mayor de dos años.
Aunque la Plataforma Democrática terminara por aceptar la salida propuesta por los países y organismos internacionales mediadores, ésta sería papel mojado, dado que los alzados en armas, excitados por su arrollador avance hacia Puerto Príncipe, aseguran que no aceptarán imposiciones del exterior y que derrocarán a Aristide.
Precisamente ayer, los insurgentes, que ya controlan una parte del norte de Haití, tomaron la segunda ciudad del país, Cabo Haitiano, aunque la abandonaron horas después. Los rebeldes señalaron que no se irían lejos y que planean volver a Cabo Haitiano. Según los testigos, Guy Philippe, el ex comandante de Aristide, iba con ellos.
La incursión dejó al menos tres muertos. También se registraron saqueos y fueron liberados los presos en la comisaría, cuyos agentes huyeron ante la llegada de los rebeldes.
Ahora mismo, el futuro que le espera a Haití no parece más esperanzador que su pasado.
Chonchocoro, enero de 2004 (Bolivia) Compañeras y compañeros,
Reciban mi saludo fraterno con la esperanza que se encuentren bien.
El próximo 10 de febrero estaré cumpliendo nueve meses de presidio, en una celda de dos por dos metros cuadrados, en un penal de máxima seguridad, a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, con una temperatura entre los menos 10 y los 10 grados centígrados.
Por ahora sólo estamos imputados, la fiscalía boliviana se encuentra realizando las investigaciones y montajes necesarios para hacer la acusación oficial. Mientras tanto me encuentro en condiciones críticas, enfermo, preocupado, y lo peor de todo, lejos, ausente de mi tierra y de mi pueblo. Durante el gobierno de Sánchez de Lozada las determinaciones jurídicas estaban supeditadas a las necesidades políticas del Ejecutivo, situación que esperamos que ahora cambie, debido al giro histórico que está experimentando Bolivia tras el mes de octubre. Sin embargo, continuamos privados de la libertad, bajo condiciones infrahumanas, sufriendo nuestros problemas de salud además de las precarias situaciones que deben enfrentar nuestras familias tanto en lo económico como en lo social, cuando en Latinoamérica y el mundo entero se impone una estigmatización del trabajo de los dirigentes sociales y una persecusión a los defensores de derechos humanos.
Nuestra detención ocurrió el 10 de abril del 2003, con graves irregularidades, entre ellas, la hora del allanamiento, 6:30 de la mañana, cuando el horario establecido para estos procesos es otro, violando el derecho a la intimidad. Además la policía llegó encapuchada, vestida de diferente manera y con armas de todos los calibres, tanto así que pensamos que eran ladrones que se estaban entrando a robar la casa. Al llegar abrieron las puertas hacia el exterior, así mientras unos estaban permitiendo el ingreso de los medios de comunicación, otros estaban mandándonos de cabezas al suelo. Dos mujeres que estaban en la casa, menores de edad, las sacaron desnudas a los medios de comunicación, violando no sólo los derechos humanos sino la ley boliviana que prohibe exhibir a los menores detenidos a los medios de comunicación. Nos tuvieron unos quince minutos en el patio, medio desnudos, con un arma en la cabeza, una tortura terrible, sin dejarnos mirar qué estaba sucediendo. Finalmente nos sacan, mi compadre y su hija en un carro, Carmelo y yo en otro, a la otra mujer la dejan, la trasladan más tarde a la PTJ (Policía Técnica Judicial, policía investigativa).
Las irregularidades durante la detención se agravan con dos hechos. Por una parte, el acta que el Fiscal y la PTJ hacen está fabricada, sin nuestra presencia, sin nuestros abogados, sin nadie cercano a nosotros. Es un acta a su manera, firmada por los vecinos, incluida una mujer que hasta donde tengo entendido es la esposa de un policía. El hecho es de una gravedad inmensa porque esta acta dice que encontraron municiones, documentos de propaganda subversiva, que fuimos tratados excelentemente, sin golpe ni maltrato, firmada por gente que nosotros no conocemos, sin nuestra presencia, con el objeto de lograr que la policía descargue sus responsabilidades por las irregularidades cometidas. Por otra parte, dos o tres horas después de concluido formal y legalmente el proceso de detención y allanamiento, se hace un segundo en el que se encuentra droga, lo cual pone en evidencia la intromisión política que sobre este caso ha existido desde el inicio.
En conclusión, son variados y abundantes los hechos que precisan una capitulación, con el fin de captarlos en su magnitud. Primero, es sospechoso que algunos medios de comunicación hayan llegado con la PTJ y la Fiscalía a hacer un allanamiento, algunos periodistas, incluso seguidores de Sánchez de Lozada, denunciaron que fue la embajada norteamericana la que convocó en la madrugada del 10 de abril a estos específicos medios de comunicación para un operativo no definido en El Alto. Segundo, es sospecho que un día antes de la detención, el 9 de abril, día en el que se celebra la revolución del 52, un día antes de nuestra detención, el presidente de la república de entonces, Gonzalo Sánchez de Lozada, quien hoy es ex presidente a causa detoda la corrupción y el mal manejo que hizo como mandatario del país, anunciara que la democracia la iba a defender con las armas. Tercero, un día después de nuestra detención aparece por la televisión el ministro de Gobierno Yerkoc Kukoc diciendo que va a emprender una lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la corrupción, cuando a posteriori se ha comprobado que el gobierno de Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín no tenía ninguna autoridad para detener a nadie, porque el mayor terrorista de Bolivia era dicho gobierno, que entre muchas otras cosas asesinó a más de cien personas en un par de días en El Alto y actualmente se encuentra prófugo de la justicia.
También hemos sufrido. Mi hijo ha sido amenazado, mi familia en Colombia está amenazada, han llegado cartas, llamadas, sufragios, amenazas directas. Nuestros abogados en Bolivia recibieron llamadas a sus teléfonos celulares en las que les decían que se retiraran de la defensa para que se evitaran problemas a futuro. En ese mismo sentido también viene el robo de bienes. A mi compadre se le entraron a su casa, y aproximadamente un mes y medio volvieron a robarle pero esta vez en su chaco, en su tierrita. A uno de los abogados se le robaron varios documentos del auto. A esto hay que sumarle los montajes, como el que sufrieron en la Asunta, la comunidad de mi compadre Claudio Ramírez, en donde en los mismos días de nuestra detención unos militares dejaron unos explosivos para hacerle creer a la comunidad que gente de ellos estaba involucrada en la fabricación de explosivos. Afortunadamente la gente se dio cuenta y de manera rápida los obligaron a retirarlos. Posteriormente en Cochabamba detienen a una persona que viajaba en una bicicleta e iba con droga y documentos del ELN, pero nunca más se volvió a decir absolutamente nada. Luego, durante varios problemas de orden público en el Chapare entre la fuerza pública y gente de la región, resultaron algunos heridos, sobre los cuales la Fiscalía declaró que obedecían órdenes que Cortés había preparado. Después detienen a una señora llamada Juanita, una sindicalista de la región, muy reconocida como dirigente, a la que le ponen explosivos. En medio de las jornadas de septiembre y octubre, detienen a un tal Marcelino, que iba también con explosivos. Todos ellos públicamente y sin pruebas ligados al caso Cortés. Luego aparece una carta falsificada del Ministro del Interior de Colombia, en la que se recomendaba a uno de los abogados para el caso, con el fin de hacer creer que Cortés o sus abogados estarían falsificando documentos y firmas. Y para conclu! ir con e sta etapa nos trasladan de la cárcel de San Pedro para Chonchocoro, con un montaje: un teniente apareció diciendo que nosotros estaríamos involucrados en un plan de fuga.
Aquí en Chonchocoro han continuado las irregularidades y violaciones. Nos tuvieron aislados casi ocho meses. Cuando nos trajeron nos golpearon con palos, nos metieron a la ducha con agua fría y aunque yo estaba resfriado nos dejaron así como quince minutos. Por otro lado se han buscado las maneras de hostigarnos para que nos metamos en problemas, los comentarios de la policía nos hacen preveer amenazas a nuestra integridad, contra nuestra vida. Con el mayor Téllez, uno de los encargados del Penal, ha habido varios problemas, la población ha presentado varias denunias contra él porque abusa contra los derechos de la gente privada de la libertad. En los últimos meses se suma la presión de Régimen Penitenciario para prohibir nuestro traslado de la zona de asilamiento a la población. El traslado lo conseguimos apenas hace un mes, en diciembre, y sólo porque el director nacional estaba personalmente facilitándolo. Una vez trasladado a la población he sido ingresado en esta pieza en el peor pabellón, el más peligroso. En la mayoría de los casos a los presos los dejan cambiar de celda a los pocos días, pero a mí no me han dejado mover.
Actualmente estoy representando a 23 extranjeros presos, en el espíritu de conseguir medicamentos, tramitar documentos con los consulados y embajadas, los trámites en materia de libertad y derechos, hemos conformado una coordinacón de la cual he sido elegido delegado. Ni el gobernador del Penal ni nadie me permiten participar porque según ellos eso no hace parte de la Ley. Los derechos de los extranjeros son los más vulnerados en la prisión, por eso nos movemos con mucho cuidado, no podemos recibir alimentos de todo mundo, no podemos andar a cualquier hora ni solos, la seguridad personal está en bastante riesgo. Yo sé que mi vida en Chonchocoro corre peligro. Además de verse atacada de manera sutil pero constante gracias a la manipulación de la prensa que dice lo que a la Fiscalía le conviene. Por las carátulas que sacan, las figuras, las noticias de televisión, los suplementos de periódicos completamente amplios y bien pagados, se puede saber que tras este caso hay toda una campaña de desprestigio de mi imagen, violando el derecho a la legítima defensa y los prinicipios de la Ley.
Pese a este panorama, estoy convencido de que debemos aprovechar esta coyuntura constituida por varios factores, y aprovechar la ventaja de que no estamos acusados. Primero, tenemos un nuevo gobierno, un poco más abierto a tratar las cosas y existe algún interés internacional de solidaridad, como es el caso de la Vía Campesina, parlamentarios y diputados internacionales, organizaciones de derechos humanos, gente de diferentes movimientos políticos, de jóvenes, de mujeres. Segundo, existe una crisis social y de gobernabilidad en Colombia, se cayó el referéndum, las cárceles están llenas de presos políticos y sociales. Y por último, el gobierno de Bolivia que me puso preso y me tendió el montaje acaba de salir bastante desprestigiado. Por todas estas situaciones que expreso con el fin de romper el silencio y el aislamiento que intensifica la prisión, les propongo apoyarnos en la lucha por nuestra libertad y derecho a una defensa legítima, en el marco de los derechos humanos. Por eso se necesita veeduría internacional, acompañamiento, misiones humanitarias, acciones concretas en las embajadas bolivianas en el mundo. Porque tal cual cómo se comporta esta arremetida del imperialismo norteamericanos en Latinoamérica, mi defensa debe estar dirijida en dos líneas, la política y la jurídica, y en ambas necesitamos apoyo y solidaridad, tanto económica como de acciones que permitan avanzar y desvertebrar los intereses de quienes buscan reprimir la organización social para abrirle espacio a la inversión extranjera en la región, fundamentalmente para controlar la producción de hoja de coca y el comercio de droga.
He sido un convencido de las luchas campesinas en defensa de la vida, el territorio y la paz, esa es mi consigna y aun en la cárcel y en las precarias condiciones en las que me encuentro he seguido dando la lucha por los derechos de las personas. Mi moral, mi fidelidad social y mi espíritu de lucha social siguen vigentes y en alto, y aunque mi cuerpo está en prisión, mi conciencia, mis principios sociales y mi ideología están en plena libertad. Mi esperanza es que seamos capaces de mantener vivo el principio generador de nuestra lucha, incluso y sobre todo, por encima de los muros que levantan quienes buscan minarnos obstaculizando el ejercicio de ese principio básico, esa columna que nos mantiene unidos y en esperanza: la solidaridad.
8 de marzo del 2004
Chávez llama a los ciudadanos a revisar las firmas
Venpres / Rebelión
Es fundamental que desde los gobernadores y alcaldes hasta las comunidades de base "estemos pendiente para que cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) publique las listas de cédulas, las revisemos para comprobar posibles fraudes", indicó este domingo el presidente de la República, Hugo Chávez Frías.
Durante el programa "Aló, Presidente" número 183, transmitido desde el Palacio de Miraflores, recibió el Jefe de Estado una llamada telefónica desde Valencia, de un ciudadano que denunció que utilizaron su número de cédula, con el nombre de otra persona, para firmar la solicitud de referendo revocatorio contra el presidente de la República.
En este sentido, comentó que "tan pronto el CNE emita la lista de cédulas que irán a reparo, la población deberá revisarlas, así como las que han sido validadas, porque pudiera ser que las firmas objeto de fraude estén dentro de las validadas".
"Cada día el número de ciudadanos que se deja engañar y manipular es menor", indicó, al agregar que es fundamental que el pueblo se organice para denunciar el fraude cometido durante la recolección de firmas.
Indicó que ya que el CNE envío a reparo casi un millón de firmas y es importante revisar para que la gente que no firmó y cuyos números de cédulas hayan suido utilizados, vayan y lo denuncien cuando se inicie el proceso de reparos.
"Es fundamental que los líderes campesinos, indígenas, militares, entre otros, estén pendiente y asesoren a las personas que han sido víctimas del fraude", sostuvo Chávez Frías, al denunciar que en las firmas aparecen incluso personas fallecidas, muchas de las cuales no habían sido ni siquiera retiradas del Registro Electoral Permanente.
Recordó que durante el proceso de recolección de firmas de la oposición se llevó a cabo "todo un aquelarre", luego originaron actos de violencia. Sin embargo, el CNE se mantuvo firme en su decisión y con todo y eso mandó más de 800 mil firmas a reparo. Yo acato y respeto esa decisión y hago un llamado a la oposición, una vez más, para que asuman una actitud responsable.
"Ahora vienen a decir que el gobierno les robó una gran cantidad de firmas en el CNE", criticó, al reiterar su llamado a que "vayan a reparar en los dos mil 700 puntos que el organismo comicial dispuso en todo el país".
Hizo referencia a la conversación telefónica entre Teodoro Petkoff y Alberto Quiroz Corradi y comentó que "hasta los venezolanos de la oposición seria se están dando cuenta de la verdad, de quién tiene la razón".
Se alegró por el desarrollo de la marcha opositora de este sábado y "pudiéramos decir que fue una buena marcha y lo mejor es que no hubo ningún tipo de violencia, porque quienes marcharon y especialmente quienes los dirigen, decidieron que así fuera".
En este sentido, señaló que "aquí hay violencia sólo cuando un grupo de personas de la dirigencia de la oposición, así lo decide", porque el Gobierno nunca les prohibe hacer sus marchas. Refirió que no hay que olvidar el 11 de abril de 2002, cuando unos francotiradores abatieron y masacraron a un grupo importante de personas, para luego decir que Chávez masacró a la manifestación pacífica y fue esa la excusa que dieron en Washington".
Ahora lo están haciendo de la misma manera, con la marcha del viernes 27 de febrero, con una campaña internacional para señalar a Chávez como violador de los DDHH, pero reitero que mi Gob investiga e investigará todos los hechos de violencia.
Envió un mensaje de pesar a los familiares de las víctimas de los últimos días y reiteró su llamado de reflexión "para que no dejen que utilicen a sus muertos, no se dejen llevar por el odio.
Exigan respeto, porque a lo mejor, quien mató a su familiar está allí, cerca. No fuimos nosotros. Si alguien tiene pruebas de que alguien del Gobierno estuvo implicado, denúncielo".
Hizo igualmente un llamado a los gobernadores opositores de Yaracuy y Zulia, quienes han manifestado las intenciones de declarar estados independientes, que "tengan un poquito de razón y piensen un poco. Manténganse en sus puestos, no se dejen llevar, porque entonces me abligan a activar a la Fuerza Armada Nacional".
"Cientos de miles" en la marcha opositora
Así han calificado diferentes medios de comunicación la asistencia a la manifestación opositora el sábado pasado. Para recalcar esas cifras los medios masivos han publicado fotos que van desde tomas de marchas chavistas haciéndolas pasar por opositoras, hasta imágenes de pequeños grupos de manifestantes tomadas desde el suelo, cuando ante semejante cifra lo normal sería instantáneas aéreas que demostraran la magnitud de los manifestantes.
Como una imagen, o varias, valen más que mil palabras, recomendamos el siguiente enlace con fotos aéreas de la manifestación antichavista: http://www.aporrea.org/dameverbo.php?docid= 14656