6 marzo 06

01-03-2006 Entrevista a Carlos Rojas, dirigente Fejuve El Alto va a seguir exigiendo la nacionalización total de los hidrocarburos

Miguel Lamas

La ciudad de El Alto, con su organización la Fejuve, fue la vanguardia indiscutida de la llamada Guerra del Gas, la insurrección que volteó a Sánchez de Losada. A un mes de gobierno de Evo Morales, fuimos a El Alto, a media hora de La Paz, a entrevistar a Carlos Rojas, miembro de la directiva de la Fejuve y a dirigentes de base, de comisiones vecinales.

Apareció en El Diario que la Fejuve rompió la tregua con el gobierno

Rojas.- Es que se negaron a recibirnos como Fejuve. Evo Morales se reunió y pactó con los empresarios, pero se niega a recibir a la Fejuve. Ningún gobierno, después de octubre del 2003 se negó a recibir a la Fejuve públicamente. La Fejuve ha tenido reuniones con los gobiernos abiertas al periodismo.

El Alto exige que la agenda de octubre se cumpla. Por ejemplo, el tema del gas a domicilio para la ciudad de El Alto va a ser el futuro conflicto con el gobierno. Nos han dado 35.000 conexiones y requerimiento mínimo es de 200.000. El tema de la nacionalización de los hidrocarburos hasta ahora no tiene respuesta, solo tiene discursos.

El gobierno habla de "nacionalizar sin expropiar"

Rojas.- Lo que plantea es que el gas se nacionaliza a boca de pozo. Pero el problema es que después va a la refinería y después a la comercialización. Y todo eso lo hacen las multinacionales que tienen el dominio del mercado y se llevan la ganancia. Nosotros reclamamos lo que se demandó en octubre del 2003, la nacionalización total, expulsar a las multinacionales.

Que opinás de la licitación de El Mutum (gran yacimiento de hierro)

Rojas.- El planteamiento de la Fejuve ha sido muy claro. Inclusivo después de haber realizado una inspección en el mismo lugar del Mutum. Hemos dicho que no se debería licitar para que las multinacionales u otros empresarios privados puedan explotar ese sector.

Si vamos a pensar en una empresa privada para la industrialización, siempre esa empresa privada va a querer sacar jugosas ganancias. No va a compartir las ganancias con la población. Incluso las empresas nacionales, tampoco invierten luego sus ganancias en Bolivia. Ellos se la llevan a otros países.

Las organizaciones sociales tienen que administrar esas empresas para explotar el hierro en beneficio del país. De tal forma que los trabajadores que trabajen en esa empresa cubran sus necesidades con un salario que cubra la canasta familiar. Y que luego quede un rédito al estado nacional para educación, salud y otras necesidades populares.

¿Que opinás del llamado a Constituyente?

Rojas.- La propuesta de convocatoria emanada del gobierno del MAS prácticamente margina otra vez a los sectores sociales, a los grandes luchadores que han dado hasta la vida misma para que haya un cambio en el sistema político, en el poder. Nuevamente los asambleístas solo serán de los partidos políticos. Nosotros, desde las organizaciones sociales no podemos entrar a ese juego. Tenemos que mantener nuestra independencia político partidaria. Entonces, ¿cómo vamos a participar? Este proyecto es para que el pueblo se someta nuevamente al sistema de los partidos políticos (nota: él MAS propone elegir a tres representantes por cada una de las circunscripciones electorales, sobre la base de candidaturas de los partidos políticos).

Por eso la Fejuve está planteando una propuesta de ley de convocatoria para la Asamblea Constituyente Popular y Originaria. Incorpora para la participación en esa asamblea a todos los sectores sociales. No descartamos a ninguna organización. Inclusive está el tema de que la Policía Nacional tenga representantes electos en la base y también delibere, igual las Fuerzas Armadas. Tendrían representación los germanistas (nota: vendedores ambulantes), juntas vecinales, mineros, cocaleros, movimientos sin tierra, obreros, campesinos, comunidades originarias, todos los sectores populares, de acuerdo a la cantidad de afiliados que se tenga. Hemos dado un parámetro de que cada 100.000 afiliados tendrían un constituyente. Y hemos dado los parámetros, en ese proyecto, de cuanta cantidad puede tener cada sector en cada departamento, o en cada provincia.

¿Cómo serían electos?

Rojas.- Por elección directa democrática de acuerdo a usos y costumbres o normas de cada organización social.

Otro conflicto es el salarial. El gobierno dice que va a dar solo un 7% a los docentes y estos dicen que es totalmente insuficiente.

Rojas.- Nosotros estamos indignados y protestamos por esta situación. Él MAS en campaña electoral ha hecho un ofrecimiento al decir que el salario mínimo va a subir a 1500 bolivianos (190 dólares). Pero hasta el momento se somete a los 480 bolivianos de mínimo nacional. Y hay parlamentarios que cobran por encima de 10.000 bolivianos. Nosotros hemos dicho muy claro que estas luchas estaban orientadas para que haya una redistribución equitativa sin privilegios. Y el gobierno no está cumpliendo su oferta electoral. Y tras esa oferta electoral la población a confiado su voto.

Y hay muchos trabajadores que ganan menos del mínimo.

Evo Morales nombró a ministros provenientes de la Fejuve

Rojas.- Ellos dijeron que nombrando a Abel Mamani de ministro de aguas, que fuera presidente de la Fejuve, El Alto se callaba. Pero Abel Mamani no es representante de El Alto. Esto no fue discutido en la Fejuve. Él fue a título personal. Y esto fue muy criticado en las asambleas de los barrios.

Muchos dirigentes vecinales dicen que el tema del gas ya planteó el cambio de varios gobiernos. Y ahora El Alto va a tomar nuevamente el tema de la nacionalización del gas.

Voces de la Fejuve de El Alto Eliseo Condori, Distrito IV sector norte, Zona Brasil

El actual gobierno no ha sido protagonista. El protagonista ha sido la ciudad de El Alto gracias al levantamiento de octubre del 2003. En Río Seco hubo una batalla campal con el ejército enviado por el carnicero Sánchez de Losada. El no sentía lástima por los bolivianos. Porque era extranjero, americano. Pero, el pueblo, cuanto más balas recibía más fuerte se ponía: los bolivianos seremos dueños de nuestros recursos naturales. Aquí no puede venir a imponer ningún país extranjero. No lo vamos a aceptar. Tendrán que pasar por sobre nuestros cadáveres. Por las necesidades extremas es que el pueblo se ha levantado. Y está dispuesto a levantarse nuevamente. Los bolivianos no tenemos sangre de esclavos. Estamos indignados con los gobiernos neoliberales y las multinacionales. Han despedido a más de 30.000 trabajadores de las minas. Actualmente vivimos en completa miseria. Ojalá el nuevo gobierno esté realmente con el pueblo y gobierne para todos los bolivianos y recupere nuestros recursos naturales.

Luis Cabrera Gómez, presidente junta de vecinos Barrio Municipal, distrito IV

Hemos hecho siempre nuestros pedidos, nuestros pliegos de peticiones. Pero nunca hemos sido escuchados. Por eso nos hemos levantado. Para hacernos escuchar.

Hemos tenido el cambio. Y espero que todo lo que hemos pedido se atendido. Si no nos atienden vamos a seguir molestando con cualquier gobierno.

Pascuala Quispe, Distrito IV

Nosotros sufrimos mucho. Ha corrido mucha sangre y muchas lágrimas. Pero nosotros somos de lucha y más fuerte vamos a estar. Hasta de día y de noche queríamos luchar. Todas las mujeres han salido. Aquí arriba somos gente fuerte. ¿Ahora este nuevo presidente como será? Es de nuestra clase. Yo quisiera que este gobierno, ojalá que apoye a los pobres, que somos luchadores trabajadores, como en El Alto.

Luis Barrera, fiscal general junta de Vecinos Brasil, distrito IV

Nosotros como pueblo estamos preocupados por lo que se avecina en el país. El nuevo gobierno no tiene que bajar sus propuestas. Nosotros vemos que respecto a la nacionalización de hidrocarburos han bajado un poco la guardia nuestros gobernantes.

Nosotros desde la base vamos a impulsar para que las promesas que ha hecho el presidente se cumplan. Le daremos nuestro apoyo hasta ver adonde llega. De otra manera va a ser un gobierno más que ha traicionado al pueblo.

Eliseo Condori

Quiero enviar un saludo al pueblo argentino que ha acogido a nuestros compatriotas desocupados que se han ido por necesidad a esa nación hermana.

Este país ha sufrido mucho saqueo. Queremos como bolivianos y como latinoamericanos que tenemos que unificarnos todos. Nuestro suelo mana todo tipo de riquezas. Tenemos que hermanarnos nuestros pueblos, por el bien de nuestros hijos y nuestros nietos.

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Comunicado de la Red Colombiana de Acción frente al Libre Comercio y el Alca, Recalca Entrega total

Después de casi de dos años, el gobierno colombiano y Estados Unidos cerraron la negociación del TLC. Para la administración de Uribe Vélez, el cierre significa la aceptación de todas las exigencias norteamericanas. La famosa estrategia negociadora colombiana que buscaba un tratamiento especial, que pretendía hacer valer su carácter de aliado estratégico de Washington y que había anunciado que defendería el agro y las sensibilidades productivas del país, fue un estruendoso fracaso. Los anuncios hechos durante todo el proceso de que no le servía a Colombia un acuerdo como el firmado con Centroamérica o Chile, pues el gobierno tenía el objetivo de que Colombia fuera ganadora neta, fueron desmentidos por los hechos.

La verdad es que el gobierno firmó todo lo que Estados Unidos le propuso. El TLC en su parte normativa es idéntico a los demás tratados impuestos por esa potencia y en los cronogramas de desgravación va a exponer a la producción nacional a la competencia desleal con los monopolios estadounidenses.

El gobierno de Uribe fue víctima de su debilidad y ossequiosità, al necesitar del apoyo de Bush a sus planes de seguridad democrática y al estar bajo la mirada crítica de importantes sectores de ese gobierno que, con escándalos como la presencia de paramilitares y las torturas sobre jóvenes soldados, ven difícil venderle al Congreso estadounidense la necesidad de aprobar este Tratado.

La afirmación de que vamos a conquistar el mercado de Estados Unidos es una mentira. Todos los estudios realizados previamente, mostraban que aumentaran más las importaciones que las exportaciones, que Colombia quedará sujeta a los vaivenes de las finanzas internacionales sin mayor capacidad de control de su propia economía, que habrá una reducción en los ingresos del Estado y que el aumento en las exportaciones no tendría mayores repercusiones, pues ni existe la oferta exportable ni los Estados Unidos eliminarán la protección de su economía ni sus subsidios a la producción agrícola.

A pesar de eso y basado en argumentos puramente ideológicos que simplemente reflejan la obstinada fe en los dogmas neoliberales, el gobierno está embarcando al país en la peor subyugación foránea desde los tiempos de la Colonia.

Estados Unidos es el ganador del TLC y podrá exportar sus excedentes, controlar la economía colombiana, explotar la mano de obra barata de la población y apoderarse de sus recursos naturales, incluyendo la biodiversidad, el agua y los conocimientos ancestrales.

A pesar de la retórica gubernamental sobre la preservación de la unidad latinoamericana, la Comunidad Andina de Naciones quedó gravemente fracturada e incluso para cerrar la negociación, Colombia tuvo que pasar por encima de la normatividad andina y desacatar un fallo reciente del Tribunal Andino de Justicia sobre propiedad intelectual. Para completar el escenario de arbitrariedad, también desacató el fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que le prohibía suscribir el Tratado.

Ahora, el análisis del texto, permitirá desentrañar todas las entregas que hizo el gobierno y profundizar sobre los reales y graves costos del TLC.

La resistencia no ha concluido; simplemente entra a una nueva etapa. Al lado de la imprescindible y obligatoria movilización popular, debemos exigir a los candidatos al Congreso y a la presidencia que expresen en forma clara su oposición al Tratado, presionar al Parlamento para que no lo apruebe y llevar a la Corte Constitucional la explicación de sus efectos perversos sobre el país. Contamos con la ventaja de que la opinión está mayoritariamente en contra del mismo y hay una decisión unánime del movimiento popular que se acrecentará con el aporte de los hoy claramente damnificados en todos los rincones del país.

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