11 ottobre 2004

En los últimos años EEUU entrenó a 22.855 latinoamericanos Un riguroso estudio norteamericano revela que Latinoamérica es para EEUU un asunto militar y no político

ANNCOL La agenda entre Estados Unidos y Colombia ya no la diseñan los políticos, sino los militares. Así lo revela un estudio realizado por tres de las instituciones más serias de Washington, que monitorean las relaciones que mantiene EU con los militares de América Latina y el Caribe

Según el informe, los temas que afectan a América Latina, especialmente a Colombia -país en donde la participación militar de EU es más alta-, dejaron de ser un asunto del Departamento de Estado y pasaron a ser tema del Pentágono y el Comando Sur, que son los que definen el rol de Washington en la región.

Señala el estudio que, como América Latina ha pasado a tener poca prioridad para los funcionarios del Poder Ejecutivo dedicados a la política exterior, los militares estadounidenses -que tienen los recursos, el personal y la influencia política para ocuparse hasta de zonas relativamente relegadas- se están convirtiendo en los principales intérpretes de los asuntos de la región. "Este hecho induce a los políticos de otros niveles de gobierno a ver a América Latina desde una perspectiva desproporcionadamente militar, basada en las amenazas a la seguridad".

Esto, según analistas en Washington y Miami, podría despejar las dudas que todos tenían sobre el porqué Latinoamérica no estuvo presente en el debate entre George W. Bush y John Kerry, la semana anterior. "Colombia y América Latina, en general, dejaron de ser un asunto político para convertirse en un tema netamente militar. Dudo que sea tocado en algún debate presidencial", dice Malcom Seronal, de la U. de Miami.

El informe realizado por el Fondo para la Educación del Grupo de Trabajo sobre América Latina (LAWG), el Centro para la Política Internacional (CIP) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), apunta que es el Comando Sur el que establece las prioridades entre EU y América Latina, y que debido a ello la participación militar en la región es cada vez más alta. Los militares estadounidenses entrenaron a 22.855 latinoamericanos en el último año, la mayoría de Colombia, seguidos por Bolivia, Panamá, Perú y Ecuador. "Esto representa un aumento de participación militar del 52%".

La periodista del Washington Post Dana Priest, aseguraba en un libro que el Comando Sur tiene más gente trabajando sobre asuntos latinoamericanos -1.100- que la mayoría de los principales organismos federales juntos". Por eso los funcionarios del Comando Sur visitan con más frecuencia la región de lo que lo hacen los miembros de otros departamentos. El director del Comando Sur, el general James T. Hill, quien estuvo de visita esta semana en Bogotá y Quito, realizó, entre agosto de 2002 y julio de 2004, 78 viajes a América Latina.

Esto, sumado a otros programas de asistencia militar que tiene EU en la región y en Colombia específicamente está siendo pagado en gran medida por el Departamento de Defensa. "Los dos tercios de ese entrenamiento militar son pagados directamente a través del Departamento de Defensa, y no por el presupuesto de asistencia exterior que administra el Departamento de Estado, mediante partidas antinarcóticos y programas de "intervención" de las Fuerzas Especiales, que operan con pocos límites y con pocas oportunidades para el escrutinio público", señala el informe.

"Esto es muy diciente, ya que tradicionalmente el entrenamiento militar exterior ha sido financiado y administrado por el Departamento de Estado, debido a las serias implicaciones que tal asistencia tiene en materia de política exterior", dice el estudio. Con un agravante adicional, pues ese tipo de asistencia era condicionada al cumplimiento de ciertos requisitos de derechos humanos, además de informes al Congreso. El entrenamiento financiado directamente a través del Departamento de Defensa no está sometido a prácticamente ninguna de estas restricciones.

Nuevas propuestas

Sobre Colombia, señala el estudio que, como las Fuerzas Armadas colombianas tienen poca experiencia en operativos a gran escala y a largo plazo, los militares y los contratistas privados de EU están jugando un papel esencial en el Plan Patriota, dando información de inteligencia a las tropas en el campo, ayudando a mantener el equipamiento, y ofreciendo apoyo de planificación y logístico, por ejemplo, ayudando a las tropas colombianas de avance a mantener sus líneas de combustible y suministros.

"Desde enero de 2004, entre 15.000 y 20.000 militares colombianos, muchos de ellos dispuestos en unidades móviles que acaban de crearse con el asesoramiento y entrenamiento de EU, han estado operando en el sur de Colombia, Caquetá, Meta y Guaviare, bastión por mucho tiempo de las Farc", dice el estudio.

Lo más grave, según los realizadores del informe -Adam Isacson, Joy Olson y Lisa Haugaard- es que el rol destacado del Comando Sur en la región tiene importantes consecuencias políticas, pues "los problemas sociales se están definiendo como amenazas militares emergentes y se está corriendo el riesgo de justificar una respuesta militar". Aseguran que "consideramos particularmente inquietante identificar el 'populismo radical' como una amenaza a la seguridad.

Tal como lo conciben actualmente los políticos, el término parece estar destinado a dirigentes políticos y movimientos sociales que promueven políticas sociales y económicas que podrían no estar de acuerdo con las directrices de algunos políticos estadounidenses, pero que están lejos de ser amenazas que justifiquen una respuesta militar".

Por eso, desde hace algún tiempo el gobierno estadounidense está tratando de diseñar planes militares en la región, que no han contado con el visto bueno de varios países latinoamericanos. El pasado mes de septiembre, varios ministros de Defensa de siete naciones suramericanas rechazaron la visión de EU de que a las fuerzas armadas de la región les cabía una importante función en la lucha contra el terrorismo. Esta negativa no fue suficiente, pues, dice el informe, que EU está promoviendo una fuerza naval latinoamericana.

"Los funcionarios de defensa de la administración Bush han estado elaborando una propuesta para la creación de una fuerza marítima operativa multinacional de las Américas, denominada 'Amistad Duradera' consistente en una flotilla de naves dirigida por EU".

Esta idea, a la que se llama "Fuerza Naval Latinoamericana" fue vista como una forma de llenar el vacío de seguridad e interdicción de drogas que se generó cuando las naves estadounidenses que estaban apostadas en la región fueron retiradas de allí para asignarlas a la defensa de las costas de EU después del 11 de septiembre.

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Negociadores brasileños están traicionando los intereses del pueblo brasileño en las negociaciones MERCOSUR-Unión Europea

MST Informa

Durante la semana del 20 al 24 de septiembre se reunieron en Bruselas los negociadores del MERCOSUR, entre ellos, Brasil, y los negociadores de la Unión Europea para presentar las ofertas de aranceles y procesos de integración.

Si en las negociaciones con el ALCA los diplomáticos brasileños tuvieron prudencia, ahora, en el caso de la Unión Europea, los llamados "negociadores" se comportaron como mercaderes de segunda categoría, "vende-patrias', que no respetaron ni consultaron a ningún sector de nuestra sociedad.

Los resultados de la negociación se discuten a continuación:

1. Naturaleza del acuerdo que está siendo negociado

El Acuerdo bilateral entre el MERCOSUR y la Unión Europea presenta, desde su concepción, un "trueque" entre los intereses ofensivos del MERCOSUR en agricultura, que sueñan con ampliar sus ventas en Europa y la entrega de nuestros mercados a las empresas industriales y de servicios europeos. El interés ofensivo de los negociadores brasileños se concentra en algunas materias primas agrícolas, como carnes, azúcar, alcohol y café. Por su lado, el interés de los europeos se encuentra en los productos de mayor valor añadido y se concentra en los temas de inversión, servicios, compras gubernamentales, propiedad intelectual, vinos y bienes industriales.

No se mantuvieron diálogos sectoriales con los principales afectados por el acuerdo ni hay estudios técnicos que evalúen el impacto de éste sobre el mercado de trabajo brasileño.

2. En acceso a mercados

Brasil ofreció el 90% de acceso a nuestro mercado, lo que implica, a la práctica, que los productos europeos entrarán sin pagar aranceles, o sea, con tasa cero de importación a Brasil durante 10 años. Uno de los casos más preocupantes y patéticos es el caso de la leche, que es considerado producto sensible por el MERCOSUR, y que mantiene hoy en día unos aranceles del 27% para la entrada de leche europea a Brasil y al MERCOSUR, en general.

Sin embargo, la lista de productos reconocidamente sensibles del MERCOSUR, que habrían de quedar fuera de las negociaciones, no está siendo aplicada en el acuerdo bilateral. La agricultura familiar/campesina brasileña representa el 82% de los 1’8 millones de los establecimientos productores de leche en Brasil y de, por lo menos, el 80% de la producción total. Si el acuerdo fuese firmado hoy, el arancel de importación de la leche, que es del 27%, pasaría a ser del 0%. La importación, que ya hoy es alta, sobretodo de leche en polvo y suero en polvo, sería desastrosa y afectaría mucho los precios nacionales y la vida de millones de pequeños agricultores. Seguramente más de un millón de pequeños agricultores que producen hoy en torno a 30 litros por día no podrían competir en productividad con los europeos, e irían a la quiebra, perdiéndose puestos de trabajo que engrosarían los números del éxodo rural.

De este modo, con el acuerdo MERCOSUR-UE, se produciría un incremento del éxodo rural en Brasil.

3. Sector de servicios

En el sector de servicios del MERCOSUR la gravedad es aún mayor, y nos interesa, como brasileños, aunque no esté relacionado directamente con la agricultura. Brasil está abriéndose totalmente en los sectores de telecomunicaciones, servicios ambientales, financieros, bancarios y seguros. Eso significa que las empresas transnacionales podrán operar sin ninguna restricción o condicionante en todas esas áreas, controlar esos mercados, que son estratégicos para el futuro del país.

4. Área de inversiones

El acuerdo MERCOSUR-UE sería el primer compromiso internacional que Brasil asumiría en el sector de inversiones. A pesar de que hoy Brasil es un país abierto a la inversión extranjera, un acuerdo en ese sentido acabaría con el poder de decisión del Gobierno de legislar y controlar, para proteger los intereses nacionales cuando así fuera necesario.

5. Propiedad intelectual

La propuesta comunitaria ya excede, y mucho, los parámetros establecidos en las TRIPs (Trade Related Intellectual Property o Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio), acordados en el ámbito de la OMC. Por ejemplo: la UE presiona para que sea incluido en el acuerdo la protección de productos como el queso parmesano. Quieren obligarnos a seguir reglas de propiedad intelectual más allá de lo que el país tiene condiciones de aceptar.

6. Compras gubernamentales

El MERCOSUR ha dado preferencia a los europeos, en comparación con otros países y regiones, para compras públicas por medio de mecanismos de consulta y transparencia. Esto significa que cada vez que haya una compra pública, los europeos tienen el derecho de solicitar una consulta. Si la participación de los europeos fuese negada en la licitación, deberán ser informados formalmente. A primera vista el mecanismo parece inofensivo pero, ¿será capaz Brasil de soportar la presión de los europeos para la apertura de nuestras compras gubernamentales después de varios rechazos?

7. Conclusiones

Si la diplomacia brasileña supo parar las negociaciones del ALCA porque quedaban lejos de atender los deseos y necesidades brasileñas como proyecto de desarrollo sostenido e independiente, ¿por qué dejamos que siga adelante el acuerdo con los europeos, que en la práctica está siendo bastante peor que el ALCA?

Pero más que comparaciones con el ALCA, este acuerdo pone en riesgo sectores importantes de la agricultura familiar, sectores importantes de nuestra industria y servicios. Pone en riesgo el empleo de millones de brasileños. ¿Para no ganar nada, con tan sólo la ilusión del libre comercio?

Se trata, en verdad, de un neo-colonialismo vergonzoso, que exige la inmediata reacción de la sociedad brasileña, de los sectores sociales organizados.

En Nueva York, el Presidente Lula afirmó la importancia de la seguridad alimentaria y de la justicia social. Sin embargo, el acuerdo MERCOSUR-UE afecta a nuestra seguridad alimentaria. Y, por tanto, a nuestra soberanía.

Esperamos que el gobierno brasileño honre sus compromisos de campaña con el pueblo y defienda, por lo menos, nuestro trabajo. Lo que está en juego es nuestra soberanía y nuestro futuro como país. Está en juego un proyecto de desarrollo nacional.

Tiene la palabra el gobierno brasileño.

Brasilia, 28 de septiembre de 2004. VÍA CAMPESINA BRASIL - Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra - MST - Movimiento de los Pequeños Agricultores - MPA - Movimiento de las Mujeres Campesinas - MMC - Movimiento de los Afectados por Presas - MAB - Comisión Pastoral de la Tierra- CPT - Federación de los Estudiantes de Agronomía de Brasil- FEAB - Pastoral de la Juventud Rural- PJR

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